Un libro que describe la realidad que se vivía en los mesones fue presentado recientemente en el MUA

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Wilber Corpeño
Fotos: Norman Trujillo
La Palara Universitaria

Los mesones: encrucijada de la vivienda informal y cultura de los marginados es el título del más reciente libro que ha escrito el antropólogo, investigador, escritor y catedrático universitario, Ramón Rivas, actual director de cultura de la Universidad Tecnológica de El Salvador (Utec).

Dicho trabajo literario fue presentado en el auditorio del Museo Universitario de Antropología (MUA), en un acto que fue presidido por la vicerrectora de investigación y proyección social, Noris López Guevara; el escritor, William Martínez; y el autor, Ramón Rivas.

La obra es una conjunción de escritos que ofrecen al lector un recorrido por sus intereses de investigación de los últimos años, centrados en recoger información sobre la vida cotidiana de los salvadoreños de la ciudad y de las provincias de inicios del siglo XX.

El escritor destaca que el libro busca dar un aporte académico sobre uno de los problemas sociales que muy poco se ha estudiado desde la perspectiva antropológica; no obstante, dice, “considero que los estudios hechos en otras disciplinas han aportado elementos importantes para que los tomadores de decisiones, llámense políticos, técnicos, asesores y funcionarios públicos, comprendan sobre la realidad que viven los salvadoreños en este tipo de espacio donde la persona sobrevive, se relaciona, duerme y sueña con un mundo diferente para él y su familia”.

Apunta que es una investigación que debe ser vista con mucho detenimiento, con pensamiento crítico y con elementos filosóficos suficientes para comprender el impacto social que juega este tipo de viviendas para el desarrollo cultural, intelectual y humano de las personas, que tienen la mala suerte de hacer una vida precaria.

“Mejor dicho inhumana, pero que logran sobreponerse cuando mezclan alegrías con tristezas, llantos con esperanza, aspiraciones con tenacidad, frustraciones con retos, amistades, pero con el puño levantado o haciendo uso de la picardía, la audacia y la astucia para que nadie los tenga por débiles o simplemente como los pendejos del mesón”, agrega Rivas.

Contextualiza explicando que se necesita ser el “hijueputa” que se respeta en el mesón o la comunidad; el “don o la doña” que logra comprar voluntades, o la “orgullosa perfumada” que vive de apariencia y que busca con pasión una mejor vida para ella y su familia. Es el lugar donde también llegan aquellos que con paciencia y sufrimiento refuerzan su fe en Dios para salir del lugar o ayudar a los que se sienten desanimados.

“Es un mundo donde encontramos de todo: soñadores, escritores, religiosos, payasos, vendedores, pendencieros, albañiles, zapateros, plomeros, hacelotodo, infieles, apasionados, obreros, comerciantes informales, abandonados, etc., etc.”, describe el escritor.

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