A sus 51 años ha demostrado que nunca es tarde para alcanzar los sueños y tomar la decisión de estudiar una carrera universitaria, pues recientemente obtuvo el titulo acreditado por la Universidad Tecnológica de El Salvador como técnico en ingeniería de redes informáticas.
Daniel Mejia, Guillermo Zuniga
La Palabra Universitaria
Fotos: Hugo Henríquez
Mario Rafael Solano Trujillo ingresó a formar parte de la familia de la Universidad Tecnológica de El Salvador desde hace 25 años. Actualmente trabaja como ordenanza en el área de servicios generales y recientemente, gracias a su esfuerzo y dedicación, obtuvo el título académico como técnico en ingeniería de redes informáticas.
Es un hombre que ha recorrido un camino lleno de desafíos y logros. Nació en San Salvador, proviene de una familia muy unida y trabajadora, hijo de Mario Rafael Solano, visitador médico y Ana Lidia Trujillo, secretaria, quienes tuvieron dos hijos, Mario es el hermano mayor.
Se define como una persona alegre, bondadosa, sincera y extrovertida. A lo largo de su vida, ha experimentado una variedad de emociones que lo han moldeado en quien es hoy. Su capacidad de mantenerse alegre y bondadoso, incluso frente a los desafíos, refleja su naturaleza resiliente. Su carácter extrovertido le ha facilitado conectarse con diversas personas y crear un entorno de apoyo y familiaridad tanto en su vida personal como profesional.
Mario comenta que tuvo una niñez muy bonita, pero hay un momento que marca con notable tristeza su vida, la pérdida de su padre, a los 16 años, dejó una profunda huella emocional. Lo recuerda como un papá amoroso, proveedor y muy pendiente de que no les faltara nada en el hogar, pero debido al trabajo como visitador médico se mantenía muy ausente porque era una labor muy demandante.
Al fallecer su progenitor, Lidia Trujillo asumió la difícil tarea de convertirse en el pilar de la familia. Lidia, con una fortaleza admirable, se hizo cargo de la casa y de la crianza de sus hijos, combinando el papel de madre y padre para que salieran adelante con sus estudios; sin embargo, la ausencia de su papá fue un golpe devastador sobre la familia, fue un cambio muy difícil que tuvieron que afrontar.
Con el paso del tiempo, a los 25 años, comenzó su vida laboral en una zona franca, donde conoció a su primera esposa, pero fue una relación muy corta y se divorció, situación de la cual también tuvo que sobreponerse y salir adelante.
En el año 2000 ingresó a la Universidad Tecnológica de El Salvador (UTEC), donde su madre ya trabajaba en el área de contabilidad. Aquí, su vida dio un giro significativo al conocer a quien sería su segunda esposa y madre de sus dos hijas. No obstante, esta relación también terminó en una separación.
Actualmente sus hijas Valeria Nicole, de 16 años, y Solange Graciela, de 9, son su motor de vida, quienes lo motivan para salir adelante, ya que para él es fundamental ser un ejemplo de superación para ellas, que vean en su padre a alguien que pese a todo ha logrado superar varios obstáculos y salir avante ante las pruebas que enfrentó.
Durante mucho tiempo atravesó momentos de confusión y dificultad para enfocarse en retomar sus estudios, ya que lo invadían los pensamientos de miedo e inseguridad en sus capacidades, pero fue en el ciclo 02-2019, a los 46 años, cuando Mario decidió inscribirse en la universidad con una nueva perspectiva.
Motivado por el deseo de superación personal y el bienestar de sus hijas, encontró inspiración en sus compañeros de servicios generales, quienes se estaban superando y emigrando a otros puestos laborales.
Con una mirada llena de esperanza y alegría, comenta que recuerda cada palabra de aliento que recibió por parte de autoridades de la Utec, docentes y otros estudiantes durante su proceso de formación, ya que en varias ocasiones estuvo a punto de desistir en su camino profesional, pero fueron esos consejos los que lo mantuvieron firme en su meta.
El 15 de noviembre de 2024 es una fecha que marca su vida, es un antes y un después. Menciona muy conmovido que el día de su graduación fue su recompensa, al encontrarse vistiendo la toga y el birrete, escuchar su nombre y pasar frente a las autoridades a recibir su título, nunca lo olvidará. Destaca que se sintió muy emocionado cuando fue felicitado por el vicerrector académico de la Utec, quien lo motivo a seguir preparándose.
La graduación representó un impulso de orgullo tanto para Mario como para su madre, quien siempre creyó en sus capacidades. A los 51 años, Mario reflexiona sobre su recorrido, agradecido por la sabiduría y el apoyo recibido para superar los desafíos y alcanzar sus metas. Al presente está considerando continuar especializándose y seguir sus estudios para avanzar en su desarrollo personal y profesional.
Destaca que la Universidad Tecnológica de El Salvador es su familia y alma máter. Para él, la Utec es mucho más que una institución educativa, es un lugar lleno de personas importantes y especiales que han dejado una huella profunda en su vida.
Considera que la universidad es una casa de estudios con una enseñanza diversificada y un personal profesional muy capacitado en la academia, quienes han marcado su vida de manera significativa. A través de su experiencia en la Utec, Mario ha encontrado apoyo, motivación y crecimiento personal, y la considera un pilar fundamental en su desarrollo.
Mario Rafael Solano Trujillo es un ejemplo de resiliencia y perseverancia. Su historia de vida demuestra que, con determinación, disciplina y esfuerzo, es posible superar las adversidades y alcanzar los sueños.