Ser madre, estudiante, emprendedora, ama de casa y empleada es el día a día de la futura profesional de las ciencias jurídicas, quien dice que el sacrificio del presente para ella y sus hijos es para ofrecerles mejores condiciones en el futuro.
Wilber Corpeño
Fotos: Omar Murcia
La Palabra Universitaria
Ser madre es un viaje único e inigualable para cada mujer; es una experiencia llena de amor, desafíos, alegrías y aprendizajes infinitos, eso es precisamente lo que perfectamente podría definir la historia de Kryssia Flores, una estudiante de séptimo ciclo de la licenciatura en ciencias jurídicas de la Universidad Tecnológica de El Salvador (Utec).
Ser secretaria de una institución de gobierno es lo que podría definirse como su empleo formal, pero ella sabe perfectamente que el salario que devenga no es suficiente para tantas obligaciones que deben suplirse día con día para la crianza de cuatro hijos, por los que hay que dar lo mejor de sí, si se les quiere ver realizados en el futuro.
Por eso dice “debo trabajar vendiendo postres que yo misma hago. Son frutitas rellenas de chocolate, es un chocolate especial que se usa para postres; trato de empacarlos bien bonitos, con un listoncito y su stickers, de tal forma que se vea bonito y llamativo para poder vender y obtener ingresos extras que me sirven para salir adelante con mi familia”, reflexiona la madre de familia, quien es parte la tercera cohorte del programa Comienzo mi Negocio, impulsado por Emprende Pro-Mujer, y apoyado por la vicerrectoría de investigación y proyección social de la Utec.
“También vendo joyería, que no la hago yo, pero si trato de venderla en unos empaques especiales que yo misma hago con mis strikes”, añade.
Por ello dice que se animó a ser parte de proyectos como ese, que están pensados para apoyar ideas emprendedoras como el que ella trata de desarrollar, mismo que ya cuenta con una identidad en redes sociales, en Instagram especialmente se le puede encontrar como @Krissdetallitos
“Para ser madre, estudiante, emprendedora, ama de casa y empleada siempre es necesaria la ayuda de Dios, pues me da la fuerza cada día. Yo le pido a Dios cada día que me levanto que me ayude a salir adelante. Luego depende de uno mismo, está claro que todo se puede hacer organizándonos y con la fe de que saldremos adelante”, dice.
Y es que el sacrificio que debe hacer Kryssia para lograr sacar adelante sus estudios es enorme si se ve desde una perspectiva de comodidad y simplista, pues de lunes a jueves recibe sus clases en línea desde las 6:30 am, lo que implica que para no tener inconvenientes en su lugar de trabajo debe estar en la oficina antes de esa hora.
“Todos los días yo debo estar en mi oficina antes de las 6:30, pues a esa hora inicia mi clase en línea. Todos los días salgo de mi casa antes de las 5:00 de la mañana; luego, en las tardes, cuando voy de camino a casa en el bus, me conecto a mis clases de la tarde. Los sábados tengo clase de una a cuatro de manera presencial, y de cuatro a siete en línea”, explica.
La futura profesional de las ciencias jurídicas lamenta ver que haya compañeras de trabajo que no estudian y las ve comprando cosas innecesarias, por lo que les insiste que lo que gastan en ello lo pueden utilizar para pagar cuotas de la Universidad, pero no lo toman en cuenta.
“Yo soy de la filosofía que en esta vida todos podemos salir adelante, pues yo con cuatro hijos, dos ya mayores y dos pequeños, lo trato de hacer. Tener mis hijos nunca me ha impedido salir adelante”, reflexiona.
Al mismo tiempo agrega que “cuesta, no lo voy a negar, pero ellos son mi inspiración para salir adelante y tratar de ser una mejor madre. Ahora quizá no les pueda dar lo que ellos deseen o necesiten, pero mi sacrificio de ahora es precisamente para que el día de mañana si puedan ellos tener eso que ahora es un anhelo imposible de tener, se necesita mucho sacrificio”, puntualiza.
