El objetivo de este programa es contribuir al empoderamiento de emprendedores a través del desarrollo de habilidades personales y conocimientos para el fortalecimiento del negocio.
Wilber Corpeño/Elsy Henríquez
Fotos: Alexander Morales
La Palabra Universitaria
Finalizó la cohorte cuatro del programa Comienzo mi negocio, impulsado por Emprende Pro Mujer El Salvador, y apoyado por la Universidad Tecnológica de El Salvador (Utec) a través de su Laboratorio de Innovación Social (Lab Utec Núcleo) y su dirección de proyección social.
En esta ocasión fue un grupo de 22 emprendedores los que participaron de este proyecto formativo, que se impartió en los salones de clase de la institución y a través de la virtualidad, mediante el cual recibieron una completa formación sobre aspectos relacionados a la buena gestión administrativa de los emprendimientos.
Previo a la entrega de los certificados de aprobación y participación, la vicerrectora de investigación y proyección social de la Utec, Noris López Guevara, ha destacado que Comienzo mi negocio es un programa muy exitoso impulsado por Emprende Pro Mujer, una organización que se ha expandido a varios países de Latinoamérica.
“Estamos muy contentos, puesto que este día se culmina esta capacitación que seguramente les ha traído muchos beneficios”, dice la vicerrectora.
Del mismo modo destaca que la universidad promueve este tipo de espacios y alianzas. “Estamos muy conscientes de las necesidades de la población y es por ese motivo que buscamos este tipo de alianzas con iniciativas como Pro Mujer”, afirma.
De acuerdo con la capacitadora, Aracely Zaldaña, el programa tiene como objetivo impulsar los emprendimientos o negocios, ofreciendo nuevos conocimientos, herramientas prácticas que fortalecen las habilidades personales y empresariales.
Añade que este programa también trae beneficios como aplicar herramientas sencillas y prácticas para mejorar estrategias de ventas, decidir lo que se quiere aprender, fortalecer las habilidades personales y de emprendedurismo, aprender de forma flexible con los tiempos de cada participante y avanzar por módulos adecuados a las necesidades.
También implica, dice, beneficios como formar parte de una comunidad de apoyo de emprendedoras, facilitar un cuaderno de herramientas para usar en todo momento, reconocimientos al acumular puntos por cada actividad y obtener un diploma al terminar el programa formativo.