Donald Trump fue declarado este miércoles 5 de noviembre 2024 ganador de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Armando Briñis Zambrano
Foto: Antonio Herrera
Con 279 votos electorales (se necesitaban 270), le ganó la contienda electoral a la vicepresidenta Kamala Harris, que la noche del martes anunció que no daría declaraciones. Trump que en 2020 fue derrotado por Joe Biden, se convierte en solo el segundo presidente en la historia de EE.UU. en gobernar durante dos periodos no consecutivos. El anterior fue Grover Cleveland, quien ocupó la Casa Blanca entre 1885 y 1889, fracasó al intentar ser reelegido y cuatro años más tarde logró ejercer un nuevo mandato entre 1893 y 1897.
No obstante, es improbable que Trump vaya a ser recordado por esta curiosidad histórica. Su figura destaca, más bien, por haber pasado de ser un outsider a convertirse en el jefe indiscutido de los republicanos o por lo menos de la llamada fracción Trumpista.
Cuando Trump se lanzó a la presidencia en 2015, fueron pocos los que dentro y fuera del Partido Republicano, al que se había afiliado solo tres años antes, pensaron que llegaría a la Casa Blanca. El magnate no controlaba entonces la maquinaria del partido, no contaba con una plataforma política y manejaba un presupuesto limitado, mayormente propio.
La agenda política que presentó para su primer mandato forma parte de sus planes para la segunda presidencia que empezará el 20 de enero de 2025 y culminará en 2029, cuando Trump tendrá 82 años y medio, lo que le convertirá en el presidente en ejercicio más viejo de la historia de EE.UU. Esto también quedará en los registros históricos.
Qué esperar del segundo mandato de Trump teniendo en cuenta los temas más tratados en su campaña.
Migración y frontera
Trump prometió en campaña llevar a cabo la mayor deportación de la historia, algo que podría estar relacionado con deportaciones masivas mayormente de latinos y culminar el muro fronterizo con México. Su discurso antiinmigrante afirmando que estos envenenan la sangre del país y haciéndoles responsables tanto de un supuesto aumento de la delincuencia y del incremento en el precio de la vivienda.
Además, afirmó que hay países como Venezuela que supuestamente están vaciando sus cárceles e instituciones para enfermos mentales y enviando a estas personas a EE.UU. Estas conjeturas recuerdan los que hizo en 2015, cuando lanzó su primera candidatura a la Casa Blanca y acusó a México de estar enviando hacia EE.UU. a personas con problemas (mentales).
Para este nuevo mandato, Trump prometió expulsar del país a millones de extranjeros indocumentados en lo que asegura será la mayor deportación de la historia de Estados Unidos. Apuntemos al respecto que son las administraciones demócratas las que tienen los récords en deportaciones, contrario a lo que comúnmente se cree por las narrativas mediáticas mayormente opuestas a Trump.
De acuerdo con estimaciones del centro de estudios Pew, para 2022 había en EE.UU. unos 11 millones de migrantes indocumentados, aunque la campaña de Trump asegura que son muchos millones más. Numerosos expertos han alertado de que una deportación masiva de migrantes sería costosa desde el punto de vista económico y difícil de llevar a la práctica, además de que podría tener efectos negativos sobre ciertas áreas de la economía en las que la mano de obra indocumentada, mayormente latina, juega un papel decisivo.
Según estimaciones hechas por diferentes entidades en EE.UU. había durante la pandemia 5,2 millones de indocumentados en trabajos esenciales. Esto incluye los 1,7 millones de personas que trabajaban en la cadena de producción y comercialización de alimentos, a la vez gran parte de los trabajadores agrícolas en EE.UU. son extranjeros y los no documentados representan en torno a 17% de los trabajadores agrícolas y 13% del sector de la construcción, según un estudio del centro Pew de 2016.
Trump también prometió, siguiendo sus políticas de su primer período, sellar la frontera con México y dijo que seguirá construyendo el muro entre ambos países. En su primer mandato se erigieron unos 129 kilómetros (gran parte de ellos reemplazando verjas deterioradas) de los 727 kilómetros que tenía esa barrera cuando perdió la presidencia. También plantea tomar otras medidas como restablecer la política que obligaba a los solicitantes de asilo a permanecer en México hasta que sus peticiones sean aprobadas y eliminar el derecho a la ciudadanía a los hijos de indocumentados nacidos en Estados Unidos y probablemente vuelva a la aplicación del Título 42 como rector de la política migratoria teniendo en cuenta que este incluye los elementos antes planteados.
Temas de economía.
La elevada inflación que vivió EE.UU. después de la pandemia fue uno de los motivos de preocupación de los electores y el buen desempeño de la economía estadounidense durante el primer gobierno de Trump, antes de la llegada de la pandemia de covid-19, es uno de los aspectos, que valoramos, que más favorecieron su candidatura y victoria electoral este 2024. De acuerdo con un estudio de la encuestadora Gallup publicado el 9 de octubre, el 54% de los votantes consideraba que Trump podía manejar mejor la economía que Harris.
A la vez Trump prometió nuevos recortes de impuestos para extender los que ya realizó durante su primer mandato cuando redujo la tasa corporativa a 21% y recortó también los impuestos de las personas naturales, aunque estos solo de forma temporal, hasta 2025. Durante la campaña dijo que quiere bajar aún más las tasas corporativas hasta 15% y que eliminará los impuestos sobre las propinas y sobre los pagos que reciben de la Seguridad Social los pensionados.
También propone incrementar la producción de energía en EE.UU. aumentando la explotación de combustibles fósiles, pues considera que su alto costo contribuyó a la inflación y lograr reducir el costo de la vivienda iniciando un programa de construcción de casas en tierras federales, así como reduciendo la demanda al deportar a los inmigrantes indocumentados a quienes responsabiliza del aumento de los precios.
Relaciones económicas internacionales
Impondrá un sistema de aranceles de 10% a 20% a la importación de la mayor parte de los productos extranjeros (de todos los países incluyendo sus aliados europeos). Muchos economistas han advertido, no obstante, que este tipo de medidas terminarán siendo pagadas por los consumidores estadounidenses por el aumento de los precios que traerá como resultado.
En estas políticas de aumento de aranceles, China ocupará un lugar central como enemiga, pues luego de haber iniciado una guerra comercial con Beijing durante su primer gobierno, Trump ahora contempla establecer aranceles de 60% a todos los bienes importados desde ese país. Prometió adoptar un plan de cuatro años para eliminar la importación de bienes esenciales procedentes de China y establecer nuevas regulaciones para que las empresas estadounidenses inviertan en China solamente cuando esas inversiones favorezcan a EE.UU.
En 2023, Estados Unidos importó de China bienes valorados por unos US$426.885 millones. Es casi seguro que, si Trump adopta estas medidas, la guerra comercial con el país asiático se intensifique, lo que podría tener consecuencias no solamente para la relación bilateral, sino también para la economía global.
Sobre el aborto
La derogación del derecho al aborto en Estados Unidos es una de las mayores consecuencias políticas de la agenda republicana ejecutada por Donald Trump durante su primer gobierno, pero durante la campaña de 2024 se convirtió para él en una suerte de campo muy difícil. En su primer gobierno, Trump estableció una mayoría conservadora en la Corte Suprema de Justicia con el nombramiento de tres nuevos magistrados.
Esa nueva mayoría derogó en 2022 el derecho al aborto a nivel federal (vigente desde 1973), que era justamente uno de los objetivos que el político republicano se había propuesto con estas designaciones. En la actualidad, hay 14 estados en los que existe una prohibición total o casi total del aborto y hay otros tres estados, en los que solamente se permite antes de la sexta semana de embarazo, momento para el cual es frecuente que las mujeres ni siquiera se hayan enterado de que están embarazadas.
La derogación del derecho al aborto causó reveses electorales a los republicanos y estas medidas se relacionan con derrotas políticas para los republicanos que desde 2022 perdieron varias elecciones, incluso en estados tradicionalmente conservadores, en los que una mayoría de los votantes consideran que las restricciones impuestas al aborto han ido demasiado lejos. Esto obligó a Trump a hacer una suerte de equilibrio durante la campaña en la que al mismo tiempo que se adjudicó como un éxito propio la derogación de este derecho por parte de la Corte Suprema, evitó fijar una posición firme, diciendo que cada estado debe decidir sobre la regulación de esta materia.
Durante la campaña, Trump negó que en caso de llegar a la Casa Blanca vaya a firmar una prohibición nacional del aborto y criticó la legislación de Florida que prohíbe esta práctica después de la sexta semana de embarazo, pero también dijo que se opone a una iniciativa electoral para establecer el derecho al aborto en ese estado.
Política exterior aislacionista
La propuesta aislacionista llamada «Estados Unidos primero» fue fuente de numerosas polémicas durante el gobierno de Trump y será nuevamente la guía de su política exterior en su regreso a la Casa Blanca. La Agenda 47, el programa de gobierno de Trump establece entre sus objetivos prevenir la Tercera Guerra Mundial y restablecer la paz en Europa (Ucrania) y en Oriente Medio (Gaza, Líbano, Yemen). La firma de los Acuerdos de Abraham entre Israel y varios países árabes fue el mayor logro de la política exterior de Trump.
A los aliados europeos de EE.UU. les preocupa el regreso de Trump a la presidencia. Una de las mayores inquietudes de los europeos se relaciona con la guerra en Ucrania. El candidato republicano dijo que Kiev debió haber hecho concesiones a Moscú antes de la guerra para así evitar el conflicto y criticó el apoyo económico y militar que su país le ha dado a Ucrania tras la invasión de Rusia por considerar que ha sido excesivo y que ha servido más para alargar el conflicto que para solucionarlo. Trump dijo que, si él hubiera estado en la Casa Blanca, esa guerra no habría ocurrido y sostiene que pondrá fin a esa guerra en 24 horas (tiempo que consideramos una alegoría de que resolvería en conflicto rápidamente), a través de un acuerdo negociado con Rusia. Sus críticos, creen que de esta forma lo único que logrará es darle mayor fuerza a Vladimir Putin. Detractores temen que Trump decida retirar el apoyo a Ucrania en aras de apaciguar a Rusia.
En relación con la guerra en Gaza, Trump se declaró defensor de Israel, aunque criticó la forma como ese país ha llevado el conflicto de Gaza e hizo llamamientos para que el gobierno de Benjamín Netanyahu consiga la victoria pronto y regrese a la normalidad. Trump también ha señalado expandir los llamados Acuerdos de Abraham, que él ayudó a establecer en 2020 y a través de los cuales cuatro países árabes acordaron normalizar relaciones diplomáticas con Israel: Emiratos Árabes Unidos, Marruecos, Bahréin y Sudán. Esos acuerdos han sido criticados por haber dejado de lado la causa palestina, que históricamente ha sido el principal obstáculo para el establecimiento de vínculos entre Israel y los países árabes.
El próximo país que iba a integrarse a los acuerdos era Arabia Saudita, pero tras la guerra en Gaza, la monarquía saudita ha dicho que no lo hará hasta que no esté sobre la mesa una hoja de ruta para la creación de un Estado palestino, una posibilidad a la que hasta ahora se resiste el gobierno del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu. No queda claro cómo Trump lograría reimpulsar los Acuerdos de Abraham.
Democracia estadounidense
La democracia en Estados Unidos es uno de los temas que estuvo en el centro de la campaña presidencial 2024. Los republicanos afirman que un segundo gobierno de Trump serviría para restaurar el gobierno de, para y por la gente, así como para hacer respetar la Constitución y defender la rectitud de las elecciones.
Los demócratas y otros grupos más a la izquierda creen que la negativa de Trump a reconocer su derrota en las elecciones presidenciales de 2020, así como sus intentos de revertir esos resultados y evitar la certificación de la victoria de Joe Biden (incluyendo el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021), son pruebas de que el exmandatario sigue siendo una amenaza para la democracia.
Por otro lado, los trumpistas responsabilizan al Deep State de entorpecer la gestión del gobierno de Trump y consideran que Trump se vio afectado negativamente por la falta de preparación de su propio equipo. El exmandatario dijo recientemente que su mayor error en el poder había sido escoger a personas malas o desleales. Para sortear estos dos problemas, la Agenda 47 prevé que el primer día de gobierno Trump firme una orden ejecutiva que le permita colocar a personas de su confianza en posiciones clave del Ejecutivo que tradicionalmente han sido cubiertas por funcionarios de carrera.
Esto es algo que arrebata a los trumpistas y, de hecho, es algo que Trump intentó al firmar en agosto de 2020 una orden ejecutiva similar cuyos frutos no cosechó pues poco después tuvo que abandonar la presidencia tras perder las elecciones. Para los partidarios de Trump contar con un equipo de funcionarios y asistentes más dispuestos significará una presidencia de Trump más eficaz a la hora de impulsar políticas.
Esta es una posibilidad que genera preocupación entre los críticos de Trump. La Agenda 47, el programa de gobierno de Trump, que toma su nombre del lugar que le corresponderá ocupar en la lista de presidentes de EE.UU. al ganador de las elecciones en 2024. Barbara Perry, profesora de estudios presidenciales en el Centro Miller de la Universidad de Virginia, advierte que reemplazar a los funcionarios privaría a la administración pública del conocimiento y experiencia que estas personas han acumulado trabajando durante décadas de una forma no partidista y que no habrá frenos ni ningún elemento de contención para limitar la agenda y el extremismo de Trump.
Esa situación se puede agravar, por el hecho de que ya Trump cuenta con una mayoría conservadora en la Corte Suprema y los republicanos han ganado las dos instancias del poder en el Congreso (Cámara y Senado), lo cual hace que sea muy difícil ponerle límites al gobierno. La agenda 47, no obstante, plantea que estas medidas para copar el Ejecutivo con funcionarios afines a Trump servirán para desmantelar el llamado “Deep State” (Estado profundo), una supuesta red secreta de funcionarios no electos (elemento no comprobado) que controlan el Estado, y así luchar contra la corrupción dentro del gobierno.
Valoramos que, con el triunfo de Donald Trump, los estadounidenses podrán ahora comprobar cuál de estas dos lecturas es la correcta.