La ponencia fue un llamado a desafiar barreras invisibles y a promover el liderazgo femenino, impulsando la igualdad y la preparación para las nuevas generaciones.
Redacción: Katerin De León
Fotografía: Milena Servado
La Palabra Universitaria
La Universidad Tecnológica de El Salvador (UTEC) desarrolló la ponencia “Rompiendo techos de cristal: mujeres que lideran sin límites”, a cargo de Liliam de Navarrete, jefa de Capacitaciones y Desarrollo de la Dirección de Recursos Humanos de la UTEC, como cierre de la semana conmemorativa del 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
El objetivo de la actividad fue concientizar y sensibilizar tanto a mujeres como a hombres sobre la importancia de identificar y superar las barreras invisibles que limitan el crecimiento profesional femenino.
Para De Navarrete, “romper techos de cristal” implica desafiar paradigmas transmitidos de generación en generación, especialmente aquellos que históricamente han limitado a las mujeres. Señaló que, a diferencia de las generaciones anteriores, que crecieron dentro de estos esquemas sin cuestionarlos, hoy recae en las mujeres la responsabilidad de superarlos para abrir camino a las nuevas generaciones.
Asimismo, destacó que uno de los retos más fuertes que las mujeres continúan enfrentando para acceder a puestos de liderazgo son las barreras mentales, los estereotipos y los prejuicios. Aunque estén altamente calificadas, muchas mujeres dudan de sus propias capacidades y, en consecuencia, suelen tener menos oportunidades.
Aunque existen leyes que respaldan la igualdad, estas pueden quedar sin efecto si no se ponen en práctica. “Los techos de cristal son invisibles, pero ahí están. Nosotras mismas debemos quitarnos esas barreras”, enfatizó.
De igual forma, mencionó que otro obstáculo importante es la percepción errónea sobre la capacidad femenina. “Lastimosamente, todavía existe la idea de que las mujeres no podemos cubrir un puesto de dirección. Romper estas barreras es tarea tanto de hombres como de mujeres, porque tenemos la misma inteligencia y el mismo conocimiento, siempre y cuando estemos preparadas”, expresó.
Estas limitaciones no surgen únicamente en el ámbito laboral, sino que muchas veces se originan en el entorno familiar. “Son techos que quizás la familia nos impuso desde el desconocimiento. Pero ahora, con la claridad de que hombres y mujeres somos iguales, no es necesario que solo ellas escuchen este tipo de ponencias, sino también ellos”, destacó.
Con este espacio, la universidad fortaleció su misión de promover la igualdad de oportunidades y de generar reflexión sobre las barreras que aún persisten para las mujeres, resaltando la importancia de continuar impulsando una cultura de liderazgo basada en capacidades y no en estereotipos.

