Dagoberto Gutiérrez: el incansable luchador por la igualdad social de El Salvador

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Wilber Corpeño/Julio Martínez

José Dagoberto Gutiérrez Linares, que ha partido de este mundo terrenal, fue un amigo, académico, luchador social, connotado intelectual, crítico empecinado, el personaje que quizá tenía los escenarios sociopolíticos más claros del país y una de las fuentes más confiables de consulta para el periodismo.

Nacido en Chalchuapa en 1944, Gutiérrez se distinguió desde su juventud por su incansable lucha por la justicia social y la igualdad; su compromiso lo llevó a participar activamente en los movimientos estudiantiles de la década de 1960, donde se consolidó como un líder nato.

En la década de los años setenta fungió como secretario general de la Juventud Comunista y presidente del Consejo Estudiantil Provisional (SEP) en la Universidad de El Salvador, fue uno de los encargados de dirigir la lucha por la recuperación de la universidad, ocupada militarmente en 1972.

La escalada de represión y la búsqueda de un cambio profundo en El Salvador lo condujeron a tomar las armas y unirse a la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) durante la guerra civil; su entrega y valentía lo convirtieron en uno de los comandantes más respetados, bajo su seudónimo, “comandante Logan”.

Su participación durante las negociaciones para obtener la paz fue determinante y, en enero de 1992, se convirtió en uno de los signatarios del documento oficial que estableció el fin de la lucha armada en el país.

Tras la firma de los Acuerdos de Paz en 1992, Gutiérrez no cejó en su lucha por un El Salvador más justo; se incorporó a la vida política como diputado de la Asamblea Legislativa, donde defendió con pasión los derechos de los más desfavorecidos.

Su incansable espíritu combativo lo llevó a continuar su lucha desde las aulas universitarias, donde impartió cátedras y compartió su experiencia con las nuevas generaciones. En la Utec, fue uno de los más destacados docentes en la asignatura Realidad Nacional.

Hasta sus últimos días, Gutiérrez se mantuvo fiel a sus ideales, convirtiéndose en una voz crítica y propositiva en diversos espacios de comunicación; su agudeza analítica y su compromiso inquebrantable lo convirtieron en un referente obligado para comprender la realidad salvadoreña. Ha sido el más trascendente de los dirigentes de la antigua guerrilla y uno de los primeros de gran peso, en actuar críticamente hacia los procesos y prácticas del partido Fmln, razón por la que sufrió aversiones institucionales y personales desde ese instituto.

La partida de Dagoberto Gutiérrez deja un vacío profundo en la izquierda salvadoreña y en el corazón de quienes lo conocieron y admiraron; su legado de lucha por la justicia social, la igualdad y la libertad permanecerá indeleble en la memoria colectiva del país.

Diversas figuras políticas, sociales e intelectuales han expresado su pesar por la muerte de Dagoberto Gutiérrez. El presidente de la República, Nayib Bukele, lo describió como “un gran salvadoreño que entregó su vida por la lucha social”. El Fmln, partido del que Gutiérrez fue miembro fundador, lo calificó como “un gigante de la historia salvadoreña”.

La vida y obra de Dagoberto Gutiérrez constituyen un ejemplo inspirador para las presentes y futuras generaciones de salvadoreños; su compromiso con las causas justas y su lucha incansable por un El Salvador más equitativo nos dejan un legado invaluable.

Descansa en paz, Dagoberto Gutiérrez. Tu luz seguirá iluminando el camino hacia un futuro más justo.

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