UTEC celebra 10 años de la Cátedra Indígena Náhuat y Día de la Mujer Indígena

Redacción: Jonathan Vásquez
Fotografías: cortesía
La Palabra Universitaria

El campus universitario se llenó de color, música y tradición durante el Foro-Festival “Tonantzin: mujer, náhuat, raíz y futuro”, realizado en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Indígena y del décimo aniversario de la Cátedra Indígena Náhuat de la Universidad Tecnológica de El Salvador (UTEC).

El evento no fue solo un foro académico: fue un festival de identidad. Entre tejidos elaborados en telar de cintura, cantos en náhuat y la presencia de artesanas, maestras y estudiantes, se respiraba un aire de orgullo y resistencia cultural.

La actividad estuvo liderada por la coordinadora de Castellano y de la Cátedra Indígena Náhuat, Morena Magaña, y contó con el apoyo de profesionales motivados por cultivar la lengua náhuat y las tradiciones ancestrales.

Durante el encuentro, la antropóloga e investigadora Delmi Rossana Rojas de Boscaino compartió con los asistentes la riqueza de los rituales de Cacaopera. Asimismo, la maestra Dina Monteagudo Darán, especialista en Primera Infancia y egresada de la Cátedra Náhuat, relató su experiencia como ponente, subrayando que la revitalización del idioma comienza en las aulas y en la comunidad.

Los pasillos de la UTEC también se llenaron de tradición con la participación de María Elena Carrillo, artesana de Panchimalco, quien mostró la delicadeza del telar de cintura, técnica ancestral que, entre hilos y colores, guarda siglos de historia.

La música estuvo a cargo del grupo Kenaya Náhuat, cuyos acordes y voces en lengua originaria hicieron vibrar al público, recordando que la cultura vive y late en cada canción.

El Foro-Festival, organizado por la Facultad de Ciencias Sociales y la Escuela de Idiomas a través de las Cátedras Indígena Náhuat y de Género, se convirtió en un espacio de diálogo intergeneracional, donde estudiantes y referentes locales compartieron experiencias que sembraron esperanza en torno al futuro de la lengua y la cultura.

Con cada palabra en náhuat pronunciada, con cada artesanía mostrada y con cada testimonio compartido, se reafirmó la esencia de la Cátedra: “Sembrar memoria y cultivar esperanza”.

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