Destacados alumnos brindan instructorías para fomentar la confianza, el desarrollo académico y la vocación de docencia.
Redacción: Zuleyma Rivera
Fotografía: Douglas Hernández
La Palabra Universitaria
Bajo la dirección del Decanato de Estudiantes y la Coordinación de Orientación Estudiantil, el Programa de Instructores de la Universidad Tecnológica de El Salvador (UTEC) tiene como propósito contribuir al crecimiento académico de la comunidad estudiantil, mediante el acompañamiento de alumnos con un desempeño sobresaliente.
El coordinador del programa, Jorge Hernández, explicó que el perfil del instructor combina excelencia académica y vocación de servicio. “Seleccionamos a quienes demuestran esa disposición, para luego potenciar sus habilidades mediante capacitaciones continuas. El objetivo es identificar sus aptitudes y formarlos, de modo que en el futuro puedan aspirar a la docencia”, afirmó.
Los candidatos deben ser estudiantes activos, contar con un índice académico (CUM) mínimo de 7.5 y haber aprobado la materia en la que desean colaborar con una nota igual o superior a 8.5.
Hernández señaló que los beneficios son mutuos. Los instructores, además de cumplir con horas sociales, pueden optar a media beca académica tras un año de servicio destacado. Por su parte, los estudiantes encuentran en ellos una figura cercana y confiable: “El alumno se beneficia de la experiencia del instructor, quien ya pasó por la vida estudiantil. Esto genera un ambiente que motiva a plantear las dudas que muchas veces no se atreven a preguntar al catedrático”, subrayó.

Guillermo Zúniga y Edenilson García, estudiantes de la Licenciatura en Comunicaciones, son ejemplos del impacto del programa. Guillermo, quien apoya en la asignatura Producción en Radio, comparte que “siempre me llamó la atención servir a la universidad desde esta área, porque damos un repaso o un ‘plus’ a los estudiantes. Me motivó ser un apoyo y un enlace con los catedráticos, compartiendo no solo mi experiencia, sino también los conocimientos adquiridos”.
Edenilson García, con dos años de experiencia como instructor en diversas materias, mira este espacio como una preparación a largo plazo. “Desde pequeño he tenido la vocación de ser docente. Esta experiencia me permite reforzar mis conocimientos y apoyar a otros jóvenes en su proceso de aprendizaje”, comentó.
Ambos coincidieron en que la confianza es el elemento más valioso. “El estudiante nos consulta dudas que, por timidez, no formula al docente”, expresó Guillermo. García añadió que, al estar en el mismo proceso de formación, se genera un “compañerismo” que facilita la cercanía y la resolución de inquietudes.
Para garantizar la calidad, el programa implementa un sistema de evaluación al final de cada ciclo. Los instructores son valorados mediante formularios en línea por tres actores: los estudiantes que atendieron, el docente de la materia y el propio coordinador del programa.
“El objetivo primordial no es sancionar, sino reflexionar. Los resultados son una herramienta para que el instructor identifique áreas de mejora y pueda trabajar en ellas, asegurando un mejor desempeño en el siguiente ciclo”, aclaró Hernández.
Con este esfuerzo, la UTEC fortalece su calidad educativa y forma a futuros docentes. Los instructores ganan experiencia personal y profesional, mientras que los estudiantes mejoran su rendimiento en un ambiente de confianza y apoyo entre compañeros.