La presentación de la obra literaria, del historiador guatemalteco Virgilio Álvarez Aragón, radicado en Inglaterra, se dio a través de una ponencia virtual que organizó la escuela de antropología de la (Utec).
Wilber Corpeño/Elsy Henríquez
La Palabra Universitaria
La escuela de antropología de la Universidad Tecnológica de El Salvador (Utec) organizó recientemente la presentación virtual del libro Pop Wuj: Francisco Ximénez y el laberinto de los manuscritos, una obra del historiador guatemalteco, Virgilio Álvarez Aragón, actualmente radicado en Inglaterra.
El autor, reconocido por su enfoque crítico hacia la historiografía centroamericana, compartió en su ponencia detalles sobre la investigación que dio origen a esta publicación, la cual vio la luz en agosto de este año.
De acuerdo con la narrativa literaria de la obra, Francisco Ximénez no solo tuvo contacto con la versión original en quiché del Pop Wuj, misma que copió en su idioma original y tradujo, fue también un dedicado estudioso de los idiomas originarios de lo que hoy es Guatemala, a lo que dedicó casi toda su vida.
También fue un defensor declarado de los pueblos indígenas, en abierta disputa con los criollos y españoles de su época, a quienes no tiene empacho en criticar y condenar.
Su obra, que inicialmente permaneció en la biblioteca de su convento, acumulando polvo y olvido, luego resultó dispersa y fue apropiada por irresponsables depredadores, según se ha descrito en la presentación.
De acuerdo con el autor, en esta obra se da cuenta de la variedad de aportes que en la defensa de los pueblos originarios y su cultura dejó el religioso dominico, y de cómo los manuscritos de su obra fueron desperdigados y apropiados por nacionales y extranjeros.
Se contextualizan y analizan su proceso de producción y lo sucedido durante casi dos siglos con sus manuscritos, a la vez que se pasa revista a las tergiversaciones hechas para ocultar la irresponsabilidad y la rapiña.
Si el descubrimiento del Pop Wuj es uno de los méritos que generalmente le es reconocido, poco o casi nada se ha dicho de su disputa intelectual con los cronistas que en su época defendieron los horrores de la conquista y el proceso colonizador.
Conocer el itinerario intelectual de Francisco Ximénez y sus disputas permite entender de manera más clara las raíces y causas de la idealización que aún muchos hacen del período colonial. Conocer cómo sus manuscritos resultaron dispersos y apropiados por particulares ofrece luces sobre el desprecio que las clases dirigentes tuvieron, y aún tienen, de los pueblos originarios, sus idiomas y su cultura, han dicho durante la presentación de la obra.