El investigador Omar Flores diseñó un dispositivo inteligente, eficiente y de bajo costo para mapear los niveles de contaminación del aire y del ruido en el campus universitario y el Centro Histórico de San Salvador.
David Muñoz
Fotografía: William Martínez
La Palabra Universitaria
En el marco de la Semana de Responsabilidad y Acción Ambiental (SERESMA), la Universidad Tecnológica de El Salvador (UTEC), a través de la Facultad de Derecho, presentó la ponencia “Mapeando la contaminación urbana con tecnología IoT”, impartida por Omar Otoniel Flores, investigador de la Dirección de Investigación, en el área de Sistemas Inteligentes.
El estudio surgió a partir de una pregunta clave: ¿Cómo es la calidad del aire en la UTEC?
Para responderla, Flores desarrolló un dispositivo inteligente y de bajo costo, capaz de registrar y mapear los niveles de contaminación del aire y del ruido tanto en el campus universitario como en el Centro Histórico de San Salvador.
Dos tipos de contaminación: acústica y del aire
La investigación se centró en dos formas de contaminación urbana: la acústica y la del aire. Aunque muchas veces pasan desapercibidas, ambas tienen efectos importantes en la salud, como daños en el sistema auditivo, problemas cardíacos y alteraciones en la presión arterial, explicó el investigador.
En El Salvador existen pocos estudios sobre estos temas. Por ello, Flores presentó referencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece que los niveles de ruido superiores a 55 decibelios (dB) ya son perjudiciales para la salud. “El promedio de ruido en las capitales de América Latina ronda los 70 dB, muy por encima de lo que se considera saludable”, señaló el investigador.
Recolección de datos en campo
El estudio se realizó en dos zonas: el campus UTEC y el Centro Histórico de San Salvador. Durante siete días, se tomaron mediciones en tres momentos del día —mañana, mediodía y tarde— con el apoyo de estudiantes. Las muestras se recolectaron en febrero de este año.

Los resultados fueron reveladores. En cuanto a la contaminación acústica, el promedio diario osciló entre 69 y 74 decibelios, cifras que coinciden con los datos reportados por la OMS.
Los picos más altos se registraron a las 10:00 a.m. en la UTEC y a las 11:00 a.m. en el Centro Histórico, mientras que el nivel más bajo fue a las 6:00 a.m., con 65 dB, aún por encima del límite recomendado.
Respecto a la contaminación del aire, los valores se evaluaron con base en el Índice de Calidad del Aire (ICA), una escala internacional que clasifica la calidad del aire del nivel 1 (bueno) al 5 (muy malo).
En ambos lugares, los niveles se mantuvieron entre las categorías “bueno” y “moderado”, sin alcanzar niveles tóxicos.
Los picos de contaminación se detectaron entre las 4:00 y 5:00 p.m., horario en el que aumenta la circulación vehicular por la salida de estudiantes y trabajadores.
“El tráfico sí tiene relación con la calidad del aire”, explicó Flores, al destacar que los mejores valores se registran durante las primeras horas del día.
Aunque el ICA en la UTEC alcanzó niveles ligeramente más altos —equivalentes al segundo nivel de contaminación— y en el Centro Histórico se mantuvo en el primero, ambos se consideran dentro de los rangos aceptables.
Ciencia aplicada al bienestar ambiental
Según Flores, los resultados no son alarmantes: la calidad del aire en ambas zonas es buena, aunque es necesario mantener el monitoreo constante para evitar incrementos en los niveles de contaminación.
Con investigaciones como esta, la UTEC reafirma su compromiso con la sostenibilidad y la conciencia ambiental, promoviendo entre la comunidad universitaria una cultura de respeto, investigación y acción frente a los desafíos ecológicos que afectan la vida urbana.