Convivio y reflexión en celebración del Día de la Cruz

Wilber Corpeño
Fotos: Alexander Morales
La Palabra Universitaria

Colorida, dinámica, cultural y colmada de un profundo análisis socio-antropológico y religioso fue la mañana del tres de mayo en el Museo Universitario de Antropología (MUA) de la Universidad Tecnológica de El Salvador (UTEC), en donde se desarrolló la celebración del tradicional Día de la Cruz.

Mangos, naranjas, melones, sandías, papayas, jícama, zapotes, mamey y un sinfín de frutas de temporada y propias de El Salvador fueron parte de la colorida y creativa decoración que se había elaborado al pie de la tradicional cruz, que se forma de árbol de jiote.

El director de cultura de la casa de estudios superiores, Ramón Rivas, hizo algunas reflexiones ante los presentes desde un enfoque cultural, histórico, social y antropológico, destacando la importancia que tiene para los salvadoreños y para la cultura misma la celebración del Día de la Cruz, que se conmemora cada tres de mayo en muchos países de la región.

“Estoy seguro de que, en todo el país, en todos los departamentos, hay gente en este día que en los patios de las casas ha colocado la cruz y adornado con magos, naranjas, pepetos, papayas, sandías y muchas más frutas de temporada”, reflexiona el connotado antropólogo social.

Al mismo tiempo agrega que el imaginario colectivo del ser humano es tan grande que también lleva a tener muchas creencias, de tal forma que, hoy en día, muchos creen que aquella persona que no pone la cruz en los patios de la casa en la noche llegará el diablo a bailar.

“Esto es una sana convivencia, los pueblos prehispánicos se reunían y con la llegada de los españoles los pueblos se siguen reuniendo, tal vez con otra connotación u otro sentido, pero sigue siendo un convivio”, apunta el experto.

El también antropólogo e investigador y docente de la Utec, Reynaldo Rivas, también hizo algunas reflexiones sobre la celebración del Día de la Cruz, quien destaca que en los tiempos actuales esta especie de convivio representa una conmemoración de la identidad cultural del pueblo.

“Independientemente seamos cristianos o no cristianos, religiosos o menos religiosos, creyentes o no creyentes, el tema de la identidad cultural es igual para todo un pueblo”, dice.

Explica que la cruz es un signo que no es exclusivo solo del cristianismo, de hecho, los cuatro puntos que señala la cruz refieren lo que en la iglesia católica se conoce como la liturgia cósmica.

“Nuestros antepasados, los pueblos originarios tenían esta cosmovisión, que la vida no era únicamente una situación solo biológica, sino que en la vida se entrelazan todos los acontecimientos del ser humano, es decir, todo en cómo viven; entonces, el origen de la cruz también tiene un sentido de la religiosidad telúrica, es decir, de la religiosidad vinculada a la tierra”, explica.

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