Un puente de amistad entre Corea y El Salvador: el Festival Coreano 2025 llenó de vida la UTEC

Redacción y fotografía:
Kamila Hernández y Vanessa Flores
La Palabra Universitaria

La Universidad Tecnológica de El Salvador (UTEC), a través de su Escuela de Idiomas y con el apoyo de la Embajada de la República de Corea, celebró con entusiasmo el Festival Coreano 2025, una jornada que transformó los pasillos universitarios en un vibrante escenario de cultura, idioma y tradición.

En el marco de la Feria Internacional de Idiomas de la Facultad de Ciencias Sociales, el evento conmemoró el Día del Hangeul —el alfabeto coreano— y tuvo como propósito acercar a la comunidad salvadoreña a la riqueza cultural de Corea.

Tradición, sabor y aprendizaje

Entre juegos tradicionales, clases demostrativas y una exquisita degustación gastronómica, estudiantes y visitantes disfrutaron de una experiencia única que fortaleció los lazos de amistad entre ambas naciones.

La jornada inició con una conferencia de apertura, en la que el público se puso de pie para entonar los himnos nacionales de Corea y de la UTEC.
El excelentísimo señor embajador de la República de Corea, Kwak Taeyeol, fue invitado a integrar la mesa de honor junto a autoridades de la Facultad de Ciencias Sociales.

Seis años de intercambio y enseñanza

El festival formó parte de la Feria Internacional de Idiomas, una iniciativa que promueve el intercambio cultural y el aprendizaje de nuevas lenguas. En esta edición, el evento tuvo un significado especial: celebrar seis años de labor del Instituto Rey Sejong San Salvador, que ha acercado a los salvadoreños al idioma, la historia y las tradiciones coreanas.

A través de sus programas de enseñanza, talleres culturales y actividades académicas, el Instituto ha creado un verdadero puente entre ambos países, impulsando la curiosidad, el respeto y la cooperación entre sus pueblos.

“La UTEC es la anfitriona del Instituto Sejong, el cual está presente en 84 países y en 234 instituciones de educación superior; la Universidad Tecnológica es una de ellas, y El Salvador, uno de esos 84 países.”
Wilfredo Marroquín, director de la Escuela de Idiomas

De un sueño a una comunidad de aprendizaje

En 2019, el Instituto Rey Sejong San Salvador nació de un sueño: difundir la lengua y la cultura coreana entre los salvadoreños. Lo que comenzó con solo dos maestros enviados desde Corea y un pequeño grupo de estudiantes motivados, se transformó en un proyecto sólido que superó incluso los desafíos de la pandemia.

Durante los primeros meses, docentes y alumnos aprendieron a adaptarse a la modalidad virtual, demostrando compromiso y pasión por el aprendizaje.

Hoy, tras seis años de esfuerzo constante, el Instituto se enorgullece de haber formado a cientos de estudiantes —jóvenes y adultos— que han encontrado en el idioma coreano una nueva forma de conectar con el mundo.

Bilingüismo que abre puertas

El director de la Escuela de Idiomas, Wilfredo Marroquín, enfatizó la importancia de impulsar el aprendizaje de nuevos idiomas en la comunidad universitaria:

“Es necesario que los estudiantes fortalezcan sus competencias aprendiendo un nuevo idioma.”

Por su parte, la decana de la Facultad de Ciencias Sociales, Arely Villalta de Parada, subrayó el valor del bilingüismo en la formación integral y en las oportunidades profesionales:

“Ahora un estudiante bilingüe vale por mucho. Se le abren puertas y se fortalece su formación integral; no solamente domina el español o castellano, sino que también estamos aportando al desarrollo de sus competencias profesionales.”

Un festival que une corazones

Durante su participación, el embajador de Corea expresó su satisfacción por la conexión cultural que el festival promueve entre ambos pueblos:

“Por medio de este festival, pienso que los salvadoreños pueden aprender el idioma y la cultura de Corea, y disfrutar aún más de su gastronomía.”

El Festival Coreano 2025 fue más que una celebración académica: fue una ventana abierta a la hermandad, la curiosidad y el entendimiento mutuo entre culturas que, aunque distantes geográficamente, comparten el deseo de aprender y crecer juntas.

Entre risas, fotografías y los acordes de la música tradicional, los estudiantes de la UTEC se convirtieron en testigos y protagonistas de un intercambio que trasciende las aulas. El sonido del idioma coreano mezclado con el español llenó los pasillos de entusiasmo, recordando que aprender una nueva lengua también es abrir el corazón a una nueva forma de ver el mundo.

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