En ese contexto, un grupo de estudiantes de bachillerato realizaron un recorrido guiado por las instalaciones del centro arqueológico.
Wilber Corpeño
La Palabra Universitaria
Con recorridos guiados y juegos prehispánicos el Parque Arqueológico San Andrés celebró el 26 aniversario de su apertura, acompañado por los estudiantes del Instituto San Andrés, de Ciudad Arce, La Libertad.
Para la ocasión, el pasado 5 de julio, los estudiantes conocieron el museo de sitio, así como las estructuras que conforman la acrópolis.
Carmen Polanco, administradora del parque, explica que el museo posee tres salas de exposición: la primera contiene parte del entorno cultural mesoamericano y geográfico; la segunda sala exhibe materiales de construcción y piezas descubiertas durante las excavaciones y, la tercera sala, abarca la época colonial.
“San Andrés tuvo diferentes momentos de ocupación y cuando se estaba buscando la mejor ubicación para poder construir el museo se encontró el obraje de añil de la época colonial, lo que vincula los vestigios arqueológicos y prehispánicos con la parte colonial”, detalla Polanco sobre el que es por el momento el segundo parque arqueológico más visitado a nivel nacional.
“Es importante por el hecho de abrir las puertas del parque a un promedio por lo menos de cinco mil personas mensualmente. Ya pasaron 26 años desde que se habilitó formalmente y tenemos todavía una buena cantidad de gente interesada en venir a conocer y aprender sobre este parque arqueológico”, dice.
San Andrés es un sitio arqueológico que se encuentra en el valle de Zapotitán, a cinco kilómetros de Joya de Cerén, en el departamento de La Libertad, el cual comprende una acrópolis, que es un espacio arquitectónico en el que se realizaban actividades restringidas a un grupo especial de personas, posiblemente dirigidas por la élite gobernante.
Durante el recorrido guiado, la guía María Chapman explicó a los estudiantes que la acrópolis se construye sobre el nivel de suelo, entre las estructuras 1, 2, 3 y 4, mediante el empleo de ladrillos de adobe en la época del apogeo de San Andrés, en el periodo Clásico tardío.
Asimismo, detalla que existe una plaza al norte de la acrópolis donde se ubican otras estructuras, entre ellas una en forma de campana que es la más grande del parque. Se estima que en los alrededores del sitio vivía la gente común y que el valle de Zapotitán estuvo densamente poblado en la época prehispánica.
En la mayoría de los edificios predomina la construcción con ladrillos de adobe, aunque se ha documentado en trabajos recientes el uso de piedra y bloques de toba cortada. La estructura 7 es la única que no continúa con la tradición de las demás estructuras del sitio.