Después de superar infinidad de obstáculos y sortear cualquier adversidad que la vida le ha puesto en frente, el joven emprendedor logró titularse como licenciado en administración de empresas de la Utec.
Estefany Guadalupe Nóchez
La Palabra Universitaria
Detrás de cada éxito que una persona consigue en la vida hay muchas historias para contar, unas más inspiradoras que otras, pero hay algunas que trascienden y se convierten en verdaderos modelos a seguir, ese, precisamente, es el caso de William Miranda, quien recientemente obtuvo su título de licenciado en administración de empresas de la Universidad Tecnológica de El Salvador (Utec).
Para lograrlo tuvo que vender incontables bolsitas de tostadas de plátano en los graderíos del estadio Cuscatlán, especialmente cuando jugaba de local el equipo de sus amores, los albos del Alianza.
Muchas fueron las reacciones de ánimo, apoyo y admiración que formaron parte dentro de las opiniones vertidas en los distintos medios de comunicación, incluso familiares, amigos y clientes de este joven, quienes le felicitaron por su compromiso, entrega y dedicación en estos años de estudio, en los cuales su mayor sustento económico procedía de la venta de tostadas de plátano en el estadio Cuscatlán.
“No esperaba tanta atención, pero debido a lo que se ha logrado podría inspirar a otros jóvenes a que no se detengan en ese aspecto, los retos y todo lo que he pasado para llegar a este punto”, dijo William a La Palabra Universitaria.
Este emprendedor lleva en el oficio de la elaboración y venta de estas típicas botanas 21 años, debido a que comenzó desde muy temprana edad colaborando en el negocio familiar que sus padres ya habían establecido; arduamente y con el paso del tiempo fue conociendo la técnica con la que estos snacks, tan ansiados por los salvadoreños, son preparados para su pronta distribución.
En 2004, con tan solo 14 años, tomó la iniciativa de ir a comercializar su producto al estadio Cuscatlán, justamente en la final de Alianza versus Fas, en la cual su amado equipo salió vencedor. Este fue el primer partido en el que William comenzó con la venta de su producto en este lugar, y fue tanto el éxito que esto le permitió pagar su educación primaria.
Con el pasar de los años William fue perfeccionando esta técnica, al punto que su negocio resultó ser capaz de permitirle aspirar a una educación superior, escogiendo de esta manera a la Utec como su principal opción. Según dijo, debido a la accesibilidad de sus horarios, cosa que este emprendedor aprovechó al máximo para llevar de la mano su emprendimiento y sus estudios, escogiendo así la carrera en administración de empresas.
Largas horas de estudio y jornadas de trabajo le acompañaron siempre al recorrer las distintas calles del centro capitalino mientras llevaba a sus hombros un “huacal de aluminio”, en el que coloca una variada combinación de estas botanas de yuca y plátano al que lleva a todas partes, debido al orgullo que le representa.
Han sido muchas las barreras y retos que este joven ha tenido que pasar para lograr cada una de sus metas, uno de ellos fue el pasado 2020 que con la llegada del coronavirus y las nuevas restricciones tuvo que reinventar su negocio de tostadas de plátano y llevarlo a un nuevo nivel.
La pandemia no fue un obstáculo para que este audaz joven tomara las decisiones más convenientes en momentos de crisis y es que, aprovechando al máximo los recursos con los que aun contaba de plátano, decide venderlos y adquirir otros vegetales como cebollas, tomates, chiles y demás productos que serían fácilmente comercializados en su lugar de residencia.
Esto permitió pagar deudas como el complemento para su pre especialización Universitaria y demás gastos acumulados del hogar. “Me tocó echarme al lomo a mi familia”, continúo William.
Pasaron 11 años para que William tomará en sus manos ese valioso título universitario, años de lucha, entrega, sacrificio, humildad e innovación permanente, sin perder su mirada de los objetivos que tenía planeados desde un inicio, a pesar de las limitantes no solo económicas sino sociales que, en su momento, le pausaron su carrera, pero no sus sueños de culminar lo que había comenzado.
Sin duda alguna la historia de este joven salvadoreño representa la de muchos que, sin importar las dificultades, logran convertir cada obstáculo en el impulso que necesitan para avanzar.
Al finalizar la entrevista este joven emprendedor finalizó motivando a la comunidad estudiantil a continuar sus estudios, pese a las adversidades venideras y a seguirse preparando constantemente sin conformarse con lo aprendido.
No cabe duda de que este orgulloso graduado de la Utec seguirá dando de qué hablar, pues plantea metas aún más grandes con su negocio de tostadas y piensa expandirlo aún más con los conocimientos ya adquiridos, esto sin dejar de lado la preparación personal que continuará, pues “la cosa es no quedarse estancado solo con el título”, expresó William Miranda.