Psicóloga de la Utec habla sobre la importancia de pedir perdón 

Ese fue el tema que la profesional de la salud mental, Claudia Membreño, abordó en una de las emisiones del programa televisivo 33 Te Escucha.  

Edgar Guevara  
La Palabra Universitaria 

Cómo pedir perdón fue el tema que se puso en la mesa de análisis y reflexión en una de las emisiones del programa televisivo 33 Te Escucha, mismo que fue abordado por la psicóloga de la Universidad Tecnológica de El Salvador (Utec), Claudia Membreño.  

Según destacó la psicóloga, hay estudios que han demostrado que alrededor del 57.3 por ciento de personas saben pedir perdón, mientras que un 42.7 expresan no saber cómo pedir perdón, por lo que señala que con esos números la reflexión podría basarse en que aproximadamente el 50 por ciento de las personas se detienen a pensar en la importancia de este tema.  

Cuando tienes un recuerdo negativo que no nos permite ver la situación con otros ojos, es difícil rendirse y pedir perdón”, reflexionó Membreño.   

Explicó que el perdón viene de una situación conflictiva que ha dañado nuestras emociones y prevalece el resentimiento, dijo. Al mismo tiempo, agregó que el perdón es una acción que da como resultado un nuevo estado emocional.  

La psicóloga de la Utec dibuja este fenómeno como un regalo, ya que como la ciencia sustenta, el dar le brinda al ser humano un sentimiento positivo, algo que difícilmente se da en aquel que solo recibe. “En este sentido, cuando se hace la acción del perdón, nuevas emociones llegan a curar nuestro dañado tejido emocional”, explicó 

A las personas que no saben pedir perdón, Membreño aconseja llevar a cabo una reflexión introspectiva sobre aquellos sentimientos negativos o resentimientos que “no nos deja avanzar sino más bien, limita nuestra forma de ver la vida provocando mayor malestar para nuestra vida”, dijo 

Agrega que es necesario asimilar el yo y liberarlo de toda pesadez mediante la meditación constante y ejecutar la generosa dádiva del perdón” llegando así, a un estado de conciencia superior.  

“Es necesario reflexionar en qué punto se quedó para no querer perdonar, luego posicionarse en los pies de la otra persona o situación y, por último, reconocer que tal vez la otra parte también tiene sus razones”, aconsejó.  

Agregó que de esta forma se libera el yo cargado y se elimina la obstaculización del sentimiento negativo para finalizar con la depuración de toda consigna que, en lugar de aportarnos, reste en lo absoluto.  

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