Así lo ha explicado la profesional de la salud mental, Claudia Membreño, durante una de sus intervenciones en el programa de entrevistas de televisión, 33 Te Escucha.
Lisbeth Platero
La Palabra Universitaria
La profesional en salud mental y docente de la escuela de psicología en la Universidad Tecnológica de El Salvador (Utec), Claudia Membreño, llegó al set del programa televisivo 33 Te Escucha, para hablar sobre la soledad infantil: niños súper aburridos con padres híper ocupados.
De acuerdo a la experta, es fundamental implementar un espacio de calidad para que padres e hijos socialicen; en ese sentido, la presencia de los padres en la niñez es un factor importante y significativo, pues de la manera en cómo se desenvuelvan en su entorno familiar dependerán las relaciones sociales al llegar a la adultez.
La experta aclara que eso no significa que los padres hagan mal en querer suplir las necesidades de los niños; más bien, enfatiza en que el entorno familiar debe complementarse y estar rodeado de una excelente comunicación entre padres e hijos o cuidadores y niños, pues eso evitará que la soledad se haga presente en el subconsciente de los infantes.
Explica que en el caso de que sea madre o padre soltero, los niños necesitan de dos figuras; mientras que el padre trabaja, el pequeño puede quedar a cargo de un familiar para que así distinga ambos roles. “El cerebro de acuerdo con esos estímulos realiza conexiones donde el desarrollo emocional tendrá un buen desempeño”, explica.
“Si el niño solamente pasa en el colegio, con cuidadores o en otras actividades sin los padres, le costará entablar vínculos afectivos solidos que le generarán inseguridad; en ese sentido, las relaciones interpersonales se verán afectadas ya que existe la posibilidad de no saber resolver conflictos”, asegura la profesional.
Explica que existe otro factor que afecta el nexo afectivo entre padres e hijos y que en la actualidad perturba a la mayoría de las personas, y es que la preocupación de los padres por la desvinculación emocional es grande ante dicha problemática que implica la tecnología.
“Es común, hoy en día, que para solucionar un problema temperamental les ofrezcan un dispositivo electrónico que se vuelve un ‘acomodador’ y con el paso del tiempo le afecta física y emocionalmente al infante”, explica.
Desde esta perspectiva dice, que los niños no socializan de forma correcta, es decir, no hay una autonomía que les permita obtener un autoconocimiento individual y colectivo; por lo tanto, al darse ese escenario, las crisis en la adolescencia serán más complicadas y es entonces donde los padres o responsables deben buscar la manera de desconectar con la tecnología y estrechar los vínculos.
En la medida que el entorno social, afectivo y familiar sea equilibrado esto “le permite al niño a no sentirse abandonado al estar solo en casa; esto a su vez le genera consecuencias positivas en las siguientes etapas de la vida, sabrá asumir normas, reglas y poner límites”, detalla Membreño, para hacer énfasis en las relaciones.
Puntualiza que es importante para los adultos reconocer que los niños también necesitan una atención y dedicación especial, así como los adultos necesitan de otros adultos para desenvolverse en diversos entornos.