Leonor Selva compartió una ponencia especializada ante un grupo de estudiantes y docentes de la Utec, en el marco de la jornada conmemorativa del Día Internacional de la Mujer.
Basilio Josué Vásquez
La Palabra Universitaria
Para la directora ejecutiva de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), Leonor Selva, quien recientemente compartió una charla magistral con estudiantes y docentes de la Universidad Tecnológica de El Salvador (Utec), desarrollar el liderazgo es un reto que afecta doblemente a la mujer, pero también a los hombres, pues en el país no necesariamente se cuenta con una cultura que incite ser un líder.
Por lo tanto, dijo que ser la “excepción” sigue siendo una ruta bastante desconocida para la mayoría de personas, y eso es precisamente uno de los estereotipos u obstáculos que se tienen que vencer.
Pese a ello, la profesional del derecho, que llegó a la Utec para ser parte de las actividades desarrolladas en el marco de la jornada conmemorativa del Día Internacional de la Mujer, enfatiza que el liderazgo de la mujer puede mejorar y cambiar el país entero.
De ahí el nombre de la ponencia que se le designó a la empresaria, Mujeres Construyendo una Mejor Versión de El Salvador, pues precisamente lo que se busca con el abordaje de estos tópicos es poner en perspectiva de los futuros profesionales el impacto que mujeres líderes pueden causar en las distintas esferas sociales.
Según la experta en sociedades como la de El Salvador, se vuelve necesario separar el término de la interseccionalidad en el enfoque de género, pues históricamente una de las desigualdades que ha sido más permanente y más recurrente en distintas sociedades, independientemente de su geografía, de su cultura, de su religión, es la diferencia de género.
“Y claro, eso es porque hay diferencias y necesidades inherentes que tenemos nosotros, porque hay un elemento biológico. Donde hay seres humanos, habrá hombres y mujeres”, refuerza.
Al mismo tiempo explica que el problema va más allá de un simple elemento biológico, pues lo necesario es entender que, “como sociedad hemos evolucionado en herramientas, en organización social, de tal forma que ya no se justifican esas desigualdades”.
“Ahora vivimos en un mundo que con todos los retos de pobreza y desigualdad que seguimos enfrentando, también ha generado una gama interminable de soluciones. Hemos aprendido a multiplicar recursos, hemos aprendido a crear cosas de la nada; y en esa nueva sociedad, la idea de que todavía tengamos esas diferencias estructurales y que generen barreras de oportunidades para la mujer es ridículo, pero también es una desventaja para todos como sociedad”, asegura.
Del mismo modo puntualiza que hablar de igualdad de género en el ámbito profesional no es más que hablar de meritocracia. Ya no es un tema enfocado en mujeres buscando mejorar su situación, sino que es necesario entender que potenciar liderazgos, especialmente de mujeres, es beneficio colectivo. “Nos va a ser a todos más creativos, socialmente se van a generar más soluciones, se van a crear más empresas, más empleos, y más”, visualiza.