La discusión se dio por medio de un webinar especializado que fue organizado por varias instituciones, entre ellas la Utec. En la actividad participó con sus reflexiones la investigadora y experta en temas de migración, Elsa Ramos.
Edith Ramos
La Palabra Universitaria
La investigadora de la Universidad Tecnológica de El Salvador (Utec), Elsa Ramos, fue parte de un webinar especializado enfocado en las redes de protección y familias transnacionales en una nueva modalidad, organizado por varias instituciones que son parte de la Agenda básica para un pequeño país.
La experta en materia de migración expuso que la situación de las familias trasnacionales no es un tema nuevo, pero que tampoco se conoce a profundidad y, ante esta nueva situación que se vive por covid-19, los retos y efectos para estas personas suponen un riesgo mayor que no estaba previsto; sin embargo, es de vital importancia atender su posición inestable y brindar la debida ayuda.
Compréndase por familia trasnacional a aquellas personas que forman parte de un mismo núcleo, ya sea por consanguinidad o por otros lazos que les unen afectivamente, pero que viven separados geográficamente hablando; es decir, que mientras unos se quedan en su país de origen, otros se ven obligados a moverse hacía otros países. En especial, estos buscan emigrar a los Estados Unidos debido a las diferentes oportunidades laborales.
También existen salvadoreños en otras partes del mundo como Italia, España, Dinamarca, Suecia, Noruega y la lejana Australia, expresó la investigadora de la Utec.
Según Elsa Ramos hay diferentes estudios que muestran que en la historia de El Salvador se empiezan a identificar los trasnacionales desde 1970 y de manera más evidente en la década de los ochenta, por lo que los flujos migratorios en un inicio se dan hacia Estados Unidos.
Dijo que los efectos de este fenómeno social no son en su totalidad positivos, pues existen consecuencias negativas para las familias que se quedan en su país natal, se presentan problemáticas de tipo social, psicoemocional y cultural.
Con el paso de los años y, a causa de los trasnacionales, se han formado redes internacionales de protección a los migrantes en su país de destino y también buscan ayudar a quienes se quedan en su lugar de origen, que sufren la separación de su núcleo familiar.
“En nuestro país, esta problemática se refleja de manera masiva en el año 2014, en un primer momento se creía que la mayoría de migrantes eran niños y adolescentes sin acompañantes en el viaje; no obstante, distintas investigaciones realizadas por entidades académicas, oenegés y organismos nacionales e internacionales, se pudo constatar que estos niños y adolescentes migraban en familias, pero de tal manera que esto no fuera tan evidente para poder obtener la ayuda necesaria en el país al que iban”, explicó.
De acuerdo con una indagación efectuada por el Instituto Salvadoreño del Migrante (INSAMI), de 300 personas retornadas entrevistadas, alrededor de nueve dijeron haber recibido la ayuda de los trecientos dólares por parte del gobierno, ante la emergencia por coronavirus.
Además, se comprobó que la mayoría de los recién deportados se encuentran desempleados y una buena parte decidió volver al país de donde vino, por la falta de oportunidades laborales para ellos.
En ese sentido, Elsa Ramos acotó que lo que realmente se necesita es repensar el tema migratorio y mejorar el liderazgo político del gobierno y las municipalidades, para que puedan ayudar a este sector tan vulnerable, sobre todo ahora con la llegada de la pandemia.